http://blogs.elpais.com/verne/2014/1...scritores.html
No se si está repe o si éste no es su sitio; si así fuera, bueno, hágase lo que proceda, o no....
Como Cela me cae gordo, copio y pego una de las broncas
Javier Marías contra Camilo José Cela
Recuerdo que cuando José Luis Garci obtuvo el Oscar, un periódico nacional minimizó el hecho o incluso lo criticó. Estaba en su derecho, ya que ese diario no hace profesión de españolismo a ultranza ni cae de hinojos cada vez que un compatriota triunfa en el extranjero en cualquier campo, sino que tiende a ponderar la posible justicia y merecimiento de ese triunfo, independientemente de su nacionalidad. Y yo mismo, cuando nuestro actual premio Nobel recibió el premio Nobel que lo ha convertido en premio Nobel, declaré que me parecía la peor noticia posible para la literatura española, ya que suponía la entronización anacrónica de la novela más folklórica, castiza y rancia, contra cuya dictadura los escritores más jóvenes veníamos luchando hacía tiempo. El señor Premio no ha perdonado la osadía de esos novelistas jóvenes que ya no lo somos, necesitado como parece el buen hombre de perpetua unanimidad en la adulación, lo cual hace pensar que tampoco anda muy seguro de su valor. Pero yo no soy nada patriotero, ni siquiera patriótico, y me trae sin cuidado que quien gane algo sea español si a mí me parece una patata el sujeto en cuestión.
JAVIER MARÍAS, Protoespañoles y antiespañoles, El Semanal, 4 de agosto de 1996, recogido en Mano de sombra, Alfaguara, Madrid, 1997
No se si está repe o si éste no es su sitio; si así fuera, bueno, hágase lo que proceda, o no....
Como Cela me cae gordo, copio y pego una de las broncas
Javier Marías contra Camilo José Cela
Recuerdo que cuando José Luis Garci obtuvo el Oscar, un periódico nacional minimizó el hecho o incluso lo criticó. Estaba en su derecho, ya que ese diario no hace profesión de españolismo a ultranza ni cae de hinojos cada vez que un compatriota triunfa en el extranjero en cualquier campo, sino que tiende a ponderar la posible justicia y merecimiento de ese triunfo, independientemente de su nacionalidad. Y yo mismo, cuando nuestro actual premio Nobel recibió el premio Nobel que lo ha convertido en premio Nobel, declaré que me parecía la peor noticia posible para la literatura española, ya que suponía la entronización anacrónica de la novela más folklórica, castiza y rancia, contra cuya dictadura los escritores más jóvenes veníamos luchando hacía tiempo. El señor Premio no ha perdonado la osadía de esos novelistas jóvenes que ya no lo somos, necesitado como parece el buen hombre de perpetua unanimidad en la adulación, lo cual hace pensar que tampoco anda muy seguro de su valor. Pero yo no soy nada patriotero, ni siquiera patriótico, y me trae sin cuidado que quien gane algo sea español si a mí me parece una patata el sujeto en cuestión.
JAVIER MARÍAS, Protoespañoles y antiespañoles, El Semanal, 4 de agosto de 1996, recogido en Mano de sombra, Alfaguara, Madrid, 1997