César Millán es un personaje muy especial conocido por muchísima gente por sus programas en la tele.También ha escrito libros como "El encantador de perros" donde explica su método. Ese método puede tener más aplicaciones que las lógicas que podrían suponerse como demuestra esta carta extraida de su libro:
Querido César:
Muchas gracias por tu programa Dog Whisperer.
Lo curioso es que ha cambiado mi vida y la de mi familia, y ni siquiera tenemos perro.
Tengo 42 años y soy madre de dos hijos (un niño de 5 años y una niña de 6). Lo estaba pasando terriblemente mal al educarlos con un poco de disciplina (me di cuenta de que no tienen fronteras ni límites). Mis crios me trataban fatal, literalmente, en lugares públicos y en casa. Entonces vi su programa.
Desde entonces me he adiestrado a mí misma para ser una madre más firme, siendo más enérgica, exigiendo mi espacio como figura materna. También me he adiestrado para no pedirles ni rogarles que hagan algo, sino para decirles que lo hagan (cosas como recoger su habitación, limpiar su zona del comedor y llevarse la ropa lavada y planchada). Mi vida ha cambiado, y ellos también. Para mi asombro, mis hijos se han vuelto más disciplinados (y hay menos peleas) y he descubierto que realmente les gustan la responsabilidad y las tareas del hogar. Están orgullosos cuando terminan una tarea y yo estoy emocionada.
No sólo ha enseñado a los seres humanos cosas sobre sus perros, también ha enseñado a los seres humanos cosas sobre ellos mismos. ¡Muchísimas gracias!
Familia Capino
Querido César:
Muchas gracias por tu programa Dog Whisperer.
Lo curioso es que ha cambiado mi vida y la de mi familia, y ni siquiera tenemos perro.
Tengo 42 años y soy madre de dos hijos (un niño de 5 años y una niña de 6). Lo estaba pasando terriblemente mal al educarlos con un poco de disciplina (me di cuenta de que no tienen fronteras ni límites). Mis crios me trataban fatal, literalmente, en lugares públicos y en casa. Entonces vi su programa.
Desde entonces me he adiestrado a mí misma para ser una madre más firme, siendo más enérgica, exigiendo mi espacio como figura materna. También me he adiestrado para no pedirles ni rogarles que hagan algo, sino para decirles que lo hagan (cosas como recoger su habitación, limpiar su zona del comedor y llevarse la ropa lavada y planchada). Mi vida ha cambiado, y ellos también. Para mi asombro, mis hijos se han vuelto más disciplinados (y hay menos peleas) y he descubierto que realmente les gustan la responsabilidad y las tareas del hogar. Están orgullosos cuando terminan una tarea y yo estoy emocionada.
No sólo ha enseñado a los seres humanos cosas sobre sus perros, también ha enseñado a los seres humanos cosas sobre ellos mismos. ¡Muchísimas gracias!
Familia Capino